Luis
Eduardo Bastidas
Comunicador en Potencia
Regularmente me doy un paseo por los hashtag del twitter y cada vez me
sorprendo más con las barbaridades que se registran, tal vez por
desconocimiento de los usuarios de esta red social cibernética, digo, tomando
en consideración que quienes utilizan estos medios en su mayoría son jóvenes que
poco deben haber vivido de la época anterior a Chávez (1998).
Yo que estoy contando los cuarenta y dos, viví veintiocho de los
cuarenta de la cuarta, y jamás en esos tiempos comí alimentos para perros. Por qué
tendría que hacerme eco de algo tan fuera de lo común. Si bien existe una
publicación que apunta a una consideración de un vendedor que especula
diciendo:
La pregunta ante el mostrador fue directa:
—Los clientes les están comprando más Perrarina. ¿Le consta que se la
coman?
—Lo que sé es que no tienen perro.
Y aún más las apreciaciones del vicepresidente de relaciones
institucionales de la empresa productora de este tipo de alimentos apuntó: “se
ha dicho que la gente está comiendo Perrarina, y también se ha dicho que
nuestras ventas han aumentado debido a esto: pero no puedo dar cifras que
relacionen el crecimiento con nuevos tipos de consumo de Perrarina”
También hay estudios que reflejan cuáles eran los precios de la carne
en el año 1989, los cuales estaban por el orden de los 68 bolívares el
kilogramo y el salario mínimo era de 100 mil bolívares.
fuente: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?pid=S0798-72692007000300010&script=sci_arttext |
Ahora bien, cabe preguntarse: ¿En una situación desfavorable como la
que vivimos los venezolanos con las medidas económicas del finado presidente
Carlos Andrés Pérez en el año 1989, al final de la fatídica y renombrada época
de la cuarta república, y la que se está viviendo ahora en la quinceañera pubertad
del proceso revolucionario fundado por el también finado presidente Hugo Chávez,
usted como madre o como padre sería capaz de alimentar a sus hijos con
alimentos para animales?
Más allá de la certeza o no del hecho me permito apelar a la conciencia
de las madres y de los padres, por eso la pregunta. Yo sería incapaz de
hacerlo.
Si bien es cierto en las postrimerías de la llamada cuarta república Venezuela
pasó por un terrible momento en su economía y sufrió una cruenta devastación en
el seno de su sociedad, los venezolanos no somos personas que se amilanan ante
situaciones adversas, por el contrario nos crecemos y buscamos las soluciones
pertinentes a cada problemática. Hoy vivimos una etapa quinceañera, por lógica inmadura,
de nuestra vida política, donde no se sabe si estamos en democracia o no, sin embargo
el gobierno pretende hacer parecer que estuviéramos viviendo en el paraíso, el
salario mínimo en relación a los estándares mundiales retrocedió dos años, los
precios de los productos pareciera que avanzaron igual cantidad de tiempo, el
sueldo no alcanza para nada y es precisamente nada lo que se consigue en los
anaqueles de los comercios.
No obstante, igual que en otrora, no veo la posibilidad de que una
madre o un padre, alimente a sus hijos con comida para animales. Es
rotundamente inadmisible. Y ya saldrán algunos diciendo que para eso fue creada
la misión alimentación, que mercal y pdval ofrecen los productos de la cesta
básica a precios solidarios. Muy cierto, pero no hay libertad de escogencia,
además hay que calarse largas colas, donde te enumeran, para comprar las
cantidades que te quieran vender. A eso le sumamos lo que algunos vendedores de
estos productos ya comienzan a denunciar que es la falta de ganancias y
libertad para negociar con otras empresas distribuidoras de alimentos a fin de
ofrecer variedad en sus anaqueles.
Para culminar estimados lectores, no se trata de comer perrarina, pero
tampoco de fomentar unos Amores Perros.
¡C'est fini!