miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cargas y descargas...



Cargas. Positivismo, entusiasmo, esperanzas, anhelos, propósitos y demás periquitos, es como cada quien debe emprender el nuevo año. En lo particular despido el saliente sabiendo que las metas trazadas no se han cumplido en su totalidad, pero como perfecto es Dios me acojo a sus preceptos y a su voluntad. Tratando de resumir un poco lo vivido en el casi extinto 2009 quiero hacer énfasis en que cada día es un aprendizaje diferente, las personas con las que creí contar resultaron un fraude y para sorpresa propia y ajena de quien menos esperaba una mano extendida la conseguí. Hasta este punto y seguido como que dije mucho. Bueno la cuestión es que en medio de alegrías, tristezas, triunfos, desencantos… se nos va otro año de vida, pero enseguida nos “alegramos”, entre comillas porque apenas comience el 2010 retornamos a los quehaceres cotidianos -a la lucha por la locha- con la mirada puesta en Cristo y en la Santísima Virgen. Con un hálito de confianza en que las cosas en este planeta tarde o temprano van a cambiar.

Descargas. En qué momento del año, sea cual sea su numeral, hacemos un alto en nuestras metas o incluso antes de llegar a obtenerlas para ver cómo van los demás. Esto no se trata del cuento de la Liebre y la Tortuga, porque paradójicamente es como arrancamos cada año, enrumbados en un correcorre que al cabo del tercer trimestre nos deja mamaos y viendo como lo planificado con tanto esfuerzo se dio pero a medias o casi completo, buscando culpables, mirando hacia afuera cuando deberíamos estar mirando hacia adentro porque es allí donde está la causa de nuestras alegrías, tristezas, triunfos, desencantos… Recientemente aprecié la intervención de un líder centroamericano en una asamblea mundial en la que parodiaba -inteligentemente- la reacción de tres corrientes políticas ante un caso de infidelidad. La reflexión que debe hacerse es hacia una revisión interior, de cómo actuamos en nuestro ambiente o mejor dicho en función de que actuamos, si de nuestros mezquinos intereses o de los intereses de un colectivo. Y muchos dirán: pero bueno y de qué lado estás tú, pues la respuesta es dura de soltar, se nos atraganta incluso y dejamos escapar un tímido y titubeante, pero no menos alardeante “del lado del colectivo por supuesto” MIÉRRRRRRRR… coles 30 de diciembre, qué mentira tan grande. Si todas y todos actuáramos en función de los intereses del colectivo, esta vaina estaría de lo más de pinga. En fin, los deseos de estas fechas concluyentes del año son los mismos de siempre: prosperidad, paz, armonía, amor, salud, que se cumplan todas y cada una de nuestras metas. Pero ojo, ¿por separado? Ahora deben estar pensando: a este si que se le corrió la teja. No, la vaina es posible, contextualicemos desde nuestros hogares hacia fuera, empecemos en casa, contagiemos nuestros ambientes de trabajo, los sitios que visitemos… demostrando con hechos que si podemos ser mejores personas, que sí podemos cambiar las cosas, que podemos desde nuestras individualidades ser comunes, al principio dije que había conseguido manos extendidas de quienes menos las esperaba, pues de eso se trata de ser más afectos al bienestar de todos sin descuidar el propio pero con la firme convicción de que haciéndolo juntos podemos lograr mejorar muchas cosas.

UN ABRAZO ¡FELIZ AÑO PARA TODAS Y TODOS!
EL CONTENIDO DE ESTE BLOG ES AUTORÍA DE LUIS EDUARDO BASTIDAS