Luis Eduardo Bastidas
Comunicador en Potencia
Aunque ya la campana no
está en su sitio original, sigue siendo un ícono de grata recordación. Hace
escasos dos días me di un paseo por grupo de Facebook que reúne a la comunidad
etiana y afloraron en mí una serie de recuerdos. Aun cuando no concluí allí mis
estudios, fueron tiempos de mucho compañerismo y aprendizaje. Como otros lo han
hecho, aquí les va mi listado y anecdotario de recordad@s, algunos con sus
nombres completos, otros con sus apodos: Joel Quiroz, Miguel Francisco Capozolli,
Jesús Africano, los hermanos Marianela y Domingo (Apá) Perdomo, José de la Cruz
"CHISPA E' FORORO". El gordo Durán y El Catire que vivían en El Prado;
había otro amigo que le llamaban “Manchita” por un lunar que tenía en el
rostro, hace un buen tiempo nos encontramos -al parecer tiene problemas con la
bebida- igual me recordó, incluso me dijo que tenía un distintivo de la ETI con
mi nombre al reverso. Seguro recuerdan que el Sr. Padula no dejaba entrar a nadie
a la institución si no portaba su distintivo y su carnet; otra que no recuerdo
su nombre era una extraordinaria voleibolista apodada “La Cachorra” que junto a
Raquel no le daban vida a los demás equipos femeninos en esta disciplina. También
estaba Clara, una flaca alta, esbelta, que dejaba sin aliento a mi compañero de
estudios Rubaid Colmenares y a otros tantos más, aunque ella jugaba en los
equipos de cuarto o quinto año.
Continuando con el
listado, se me viene a la mente Danny Castellanos y su primo Javier, a quien
llamaban “Pulido”; también estaba otro Danny, éste de apellido Aguilar, un taco
en todas las áreas, luego lo vi de Hippie, no supe más de él. Igual viene a mi
mente la ya desaparecida, Rosamel Valecillos, inolvidable amiga desde mucho
antes de la ETI, paz a su alma. Con su peculiar nombre y apellido, Lord &
Franz Rengifo Sáenz, (ojalá este bien escrito) conocido en gradas y pasillos
por su grito “FAMILIA” -ojo nada que ver con Vallenilla, esto fue mucho antes-.
Cómo no recordar a Nora Teresa Rivas Rivas, excelente amiga y la única que me
brindaba Sándwich de “CINCO BOLOS” en la
cantina. ¡A Rigor! uno martillaba de a medio (0,25 céntimos) en gradas, pasillo
y canchas, para desayunar y para comprar helados de coco en la urbanización "Barreto y Uzcategui" al
salir de clase.
Igual recuerdo a
Leonel Ruíz, actual alcalde de Pampanito, quien se destacaba bailando Break
Dance en los espacios de la ETI, junto a Reinaldo López (hoy Sub Inspector de Poli-Chacao),
José Martínez, Esteban Daboín (músico), Yanet Morales (La Pequeña Lulú) y su
hermana Olga, Ana Teresa (la narizona) y quien escribe (Comunicólogo como recién
me bautizó un amigo). Una vez mi papá le dijo a mi mamá “ese muchacho como que está
fumando vainas raras, lo vi en el Centro Comercial Don Pedro retorciéndose con
una cuerda de vagos”. También eran de Pampanito, Castillo, “EL TARTAMUDO”, éste
destacaba tocando el cuatro y sorprendía con su -fluido- cantar y Junior que
hasta hace unos pocos años fungía como promotor de la CocaCola. Igual compartí clases
con otro chamo que le decían “El Indio” habitante de Tres Esquinas. Había un
estudiante de mecánica, creo, con limitaciones motrices, Arcadio, si mal no
recuerdo, tenía un dichito pegajoso, algo así como: ¡Ah Samadre!
De la rama profesoral
recuerdo con especial afecto al viejo Páez, impartiendo desde un pupitre sus
clases de educación física con aquellos pesados balones medicinales forrados en
cuero, el plinto, trampolines, colchonetas y demás aparejos para la práctica y
entrenamiento gimnástico al ritmo de los pitazos de “Paíto”, como le llamábamos
de cariño. El profesor Tulio Núñez, con su particular carro Nova color naranja,
Gloria Ojeda la del Renault Negro, Tirzo González y sus @#¬_@|#ª#¬ Polinomios, Ylse
de Briceño y Carmen Belandria en biología, el Prof. Pompeyo en taller de
Madera, Oswaldo Núñez el teacher de 2do año, Esperanza Mora también me dio
clase en 2do pero no recuerdo que materia. Mi tocayo, Luis Bastidas, con sus
divertidas clases de matemática. Un excelente amigo: Reinaldo “El Gato Rey”,
gracias a él superé los @#¬_@|#ª#¬ polinomios de Tirzo, al igual que el
profesor Rafael Álvarez, entonces coordinador de talleres, excelente consejero.
Cuando inicie mis estudios allí era director el profesor Africano, al momento
de retirarme lo hacía Cecidio Vallera.
De las modas de la época,
la década de los 80, denominada “La Era del Color”, recuerdo los sweaters de capucha,
más pavos si no tenían cierre, los chinches pintados con tinta china que se
usaban como prendedores, cuánta creatividad en sus diseños. La ropa “de marca”,
na’ guará, vestirse era un lujo, pantalones: Levis 501 de jean o de pana;
zapatos: Nike, Adidas Stan Smith, Pony, Vans; franelas Op, Fred Perry, Lacoste;
accesorios como Bandanas, Relojes Benetton. El que tuviera un walkman era lo
máximo y si tenía un casette de 90 minutos, calidad cromo, full Break Dance,
para qué les cuento.
Finalmente, deje la
ETI y me fui a otras instituciones. Cosas del destino. De haber egresado de allí
pertenecería a la promoción del 88 en la especialidad de Electricidad. así que,
si alguno de ustedes es de la misma o de otra de esa época, le causará mucho agrado lo que acabo de rememorar y algunas otras cosas que espero compartan en
sus comentarios.
Grande, la otrora
Escuela Técnica Industrial “Laudelino Mejías”.
Grandes, los hombres y mujeres
formadores y formados en sus aulas y talleres.
Mis respetos.
Mis respetos.