Luis
Eduardo Bastidas
Comunicólogo
-como me
llama un buen amigo-
Para mí el mes de junio viene con dos
efemérides especiales, en fecha 6 se celebra en el país el Día del Trabajador
de La Radio, y en fecha 27 el Día del Periodista, ambas estrechamente
relacionadas con lo que me gusta hacer.
En la acostumbrada celebración del día
del periodista, tuve la oportunidad de compartir con una buena cantidad de amigas
y amigos trabajadores de la comunicación en el estado Trujillo, no todos pero
si un buen grupo de ellos.
Al final de los actos protocolares de
rigor; misa, ofrendas florales al padre de la patria y entrega de premios, el
ejecutivo regional tenía preparado un agasajo para los periodistas galardonados,
para los que postularon sus trabajos pero no fueron premiados y para todos los
que trabajan en el sistema de comunicación del gobierno.
El orador de orden para esta ocasión
fue Francisco Graterol Vargas, quien se dio un paseo por sus vivencias en el
oficio periodístico, cargadas de desatinos y malos chistes que no dejaron nada,
al menos para mí, que se pueda aprovechar como aprendizaje en una labor tan
seria como es la de comunicar.
En sus palabras, el gobernador del
estado Henry Rangel Silva exhortó a los periodistas institucionales a ser más
objetivos y dejar de un lado las adulaciones “porque las personas pasan, los
gobiernos pasan; pero la historia queda”.
En cuanto a la metodología para la
escogencia de los ganadores del premio regional de periodismo, debería ser una
selección desde el seno de la institución que en efecto es el “Premio Regional
de Periodismo”. Veo oportuna la fecha para proponer que en lo adelante la
institución “Premio Regional de Periodismo” se encargue de “NOMINAR” a los
comunicadores por sus producciones individuales o en equipo para posteriormente
evaluarlos y, valiéndose de herramientas tan en boga como la redes sociales,
permita que sus lectores, escuchas y televidentes participen en la escogencia
de los mismos. Parece una locura pero según informaciones de muy buena fuente,
han quedado por fuera excelentes trabajos por no presentar uno de los
documentos que deben consignar para acompañar sus producciones y allí es donde
me pregunto, qué es lo que se evalúa, el papeleo o los trabajos periodísticos.
A fin de cuentas culminé celebrando
esta jornada con un par de buenas profesionales en un Ristorant comiendo pizza
y compartiendo confidenciales propias de la carrera.
Desde hace diez años vengo sosteniendo
una especie de concubinato con la profesión en espera de una buena oportunidad
para academizarme y obtener el título de comunicador social, son muchas las
experiencias enriquecedoras que en el transcurrir del tiempo he disfrutado,
tantas que hasta me hacen olvidar los tragos amargos en el desempeño laboral.
En este día nacional del periodista rindo
tributo a todos de quienes he aprendido algo de la carrera, a los que a diario
comparten conmigo, a los que leo, a los que oigo, a los que veo; todas y todos
son motivo de inspiración para seguir adelante.
Finalmente parafraseando al juez
italiano Giovanni Falcone, quiero seguir diciendo la verdad en voz alta y
caminando con la cabeza erguida para morir sólo una vez.
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