Día mundial de no fumar

Cuando decimos que el “Día de las Madres” es todos los días; que el “Día de los Niños” es todos los días, que el recientemente celebrado “Día del Adulto Mayor” es todos los días, deberíamos estar generando conciencia y pensar lo mismo con respecto al muy comprimido “Día de no Fumar”. En el mundo entero son muchas las endemias que día a día aumentan considerablemente los índices de mortalidad a causa del tabaquismo. Según la OMS, cada año más de 5 millones de personas en el mundo entero pierden la vida por su irreverente adicción a la nicotina y a otras miles de sustancias toxicas que contiene el cigarrillo. Es importante destacar que el consumo de tabaco conlleva de manera lenta pero segura a enfermedades de tipo cardiovascular, cerebrovasculares, respiratorias, cancerígenas y en el área materno infantil y sexual.

Por años se ha venido hablando de los fumadores pasivos, personas que sin haber encendido en su vida un cigarrillo, son afectadas por estar involuntariamente expuestas al humo del tabaco. El 11% de las muertes a causa del cigarrillo ocurren en personas que jamás han fumado.

En Venezuela ya son 16 mil los decesos, -entre fumadores activos y pasivos- que se presentan cada año.

Se dice, -y es muy cierto- que la fuerza de voluntad es la clave para dejar de fumar, en mi caso particular -que bueno es dar testimonio- estuve ligado al vicio del cigarrillo por más de 15 años. “Comete un caramelo, utiliza los parches, rompe el cigarrillo por la mitad para que no fumes tanto, cámbialo por el chimó, fuma día por medio…” Y así, cualquier cantidad de recomendaciones que posiblemente te pueden llevar de manera exitosa a dejar de fumar; sin embargo -y lo reafirmo- es la fuerza de voluntad la que siempre triunfa, tenemos que recordar que es nuestro cuerpo el que está sufriendo los daños que, en muchos casos son irreversibles y que además estamos deteriorando la calidad de vida de quienes nos rodean.

Es imperante entonces acceder de manera urgente e inteligente al cambio de estilo de vida. Dejar de un día para otro el vicio no es tarea fácil, pero si te rodeas de personas que apoyan tu iniciativa la tarea se torna hasta placentera, mucho más, inclusive, que el deguste de un “buen cigarrillo”.

La práctica deportiva, por ejemplo, es una excelente solución muchos dirán que están fuera de forma y que sería un poco drástico comenzar a hacer deportes de nuevo. La idea amig@ mi@ no es ser un atleta de alta competencia, basta con caminar 30 minutos diariamente a un ritmo que se ajuste a las exigencias de sus condiciones físicas, sin excederse para no generar complicaciones.

La virtud más grande de un pecador es manifestar que lo es. A veces nos cuesta y hasta nos sentimos cuestionados cuando se nos señala como ADICTOS; condición que execra el fumador ante quienes le señalan y se apartan de su perímetro cual leproso.

La manera de generar conciencia ciudadana debería apuntar más hacia las personas con problemas de tabaquismo. Conocemos que por Ley en las cajas de cigarrillo vienen impresas una serie de fotografías de órganos vitales afectados por el consumo, esto lejos de ser efectivo causa risa, que fumador va a estar pendiente de la diminuta estampa de la cajetilla, cuando la inmensidad de la valla denota una exuberante Modelo incitando al consumo, el Cowboy que hace apología de lo viril que puede ser un tabaquero, y el grupo de panas que invitan a la rumba acompañados de una buena panetela. Que decir de la subliminalidad de la escena televisiva o cinematográfica que muestra a los actores y actrices fumando y en segundo plano uno de estos carteles. No digo que la campaña sea mala, pero debería ser inversa.

Ahora se ha metido en el marcado, lo que otrora era del consumo exclusivo de los viejitos, “El Chimó”, suerte de envuelto amelcochado que se deja disolver en la boca, generando salivación excesiva cuya imperiosa precaución se basa en no tragarlo para evitar serios problemas digestivos y de tensión arterial. “El Chimó es una Droga”, así lo han titulado estudiosos expertos en la materia que han realizado análisis de sus componentes, entre los que destaca el tabaco.

Estimados lectores y lectoras, mi intención con este artículo es que si fuman dejen de hacerlo. Animarlos a cambiar su estilo de vida. Como testimonial les aseguro que se puede y que, una vez que lo logren, notarán la gran mejoría de vida que les profeso. Yo puse mi parte y lo logré, pon la tuya y triunfa.

¡PÓRTENSE BIEN QUE ESO NO DUELE!