lunes, 5 de julio de 2010

Centésima Nonagésima Novena



“En el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, los representantes de las provincias Unidas de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman la Confederación Americana de Venezuela en el continente meridional, reunidos en Congreso, y considerando la plena y absoluta posesión de nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente desde el 19 de Abril de 1810, es consecuencia de la jornada de Bayona y la ocupación del trono sin nuestro consentimiento, queremos, antes de usar de los derechos de que nos tuvo privados las fuerzas, por más de tres siglos, y nos ha restituido el orden político de los acontecimientos humanos, patentizar al universo las razones que han emanado de estos mismos acontecimientos y autorizan el libre uso que vamos a hacer de nuestra soberanía.”

Celebración de la Firma del Acta de la Independencia de Venezuela, una pelusa, 199 años en los que han acaecido cualquier cantidad de cosas, luchas armadas, luchas sociales, vejámenes y reivindicaciones, hay quienes dicen que la nueva independencia es simbólica, sin embargo hay que ponerse la mano en el pecho, respirar profundo y reflexionar acerca de este simbolismo. Más allá de la gesta patriótica que libraron nuestros libertadores tenemos que hacer un análisis profundo de sus ideales y de la vigencia de los mismos.

Los trujillanos tenemos una gran responsabilidad en la firma de este magno documento de la historia nacional, cuatro de los nuestros: el Dr. Cristóbal Mendoza como primer presidente constitucional de la República; por la Provincia de Trujillo, Juan Pablo (Briceño) Pacheco; por la provincia de Mérida, Antonio Nicolás Briceño y por la Provincia de Barinas, el Presbítero Juan José Mendoza, firmaron entre los primeros en hacerlo y sobre nosotros, los actuales independentistas, pesa el firme compromiso de seguir llevando la batuta de la libertad de nuestra patria grande. Si, desde nuestra humildad de patriachiquences -rememorando a Briceño Iragorry- debemos mantener en alto esa lucha de los muchos héroes y heroínas del terruño amado, que sin mezquindad alguna dejaron todas sus preciadas pertenencias para legarnos una patria libre y soberana.
"Sordos siempre a los gritos de nuestra justicia, han procurado los gobiernos de España desacreditar todos nuestros esfuerzos declarando criminales y sellando con la infamia, el cadalso y la confiscación, todas las tentativas que, en diversas épocas, han hecho algunos americanos para la felicidad de su país, como fue la que últimamente nos dictó la propia seguridad, para no ser envueltos en el desorden que presentíamos, y conducidos a la horrorosa suerte que vamos ya a apartar de nosotros para siempre; con esta atroz política, han logrado hacer a nuestros hermanos insensibles a nuestras desgracias, armarlos contra nosotros, borrar de ellos las dulces impresiones de la amistad y de la consanguinidad, y convertir en enemigos una parte de nuestra gran familia.
Hoy, cuando arribamos a un año más de la consecución de estos logros debemos mantenernos firmes en sus ideales, aún vigentes, y perseverar más que nunca en la lucha por la independencia total de nuestra patria, y no quiero decir con esto que no seamos libres, pero, si analizamos en profundidad, como los convidé al principio, debemos reflexionar acerca de las limitaciones que el propio sistema de gobierno va imponiendo a todas y todos los que de alguna manera y con la conciencia limpia nos atrevemos a ser críticos a manera de mejorar y no de desmejorar nuestros derroteros. Son muchas las cosas que le faltan a esta revolución para que logre plasmarse con pie firme en los corazones de los venezolanos, son muchos los vicios arrastrados de viejas maneras goberneras, son muchos los que apartan la mirada de ese horizonte libertario que plantaron nuestros antepasados que han dado frutos maravillosos pero que a muchos les inquieta el no poder avanzar en sus intereses mezquinos y echan por tierra lo que ha costado tanta sangre, sudor y lágrimas.
“Mas nosotros, que nos gloriamos de fundar nuestro proceder en mejores principios, y que no queremos establecer nuestra felicidad sobre la desgracia de nuestros semejantes, miramos y declaramos como amigos nuestros, compañeros de nuestra suerte, y partícipes de nuestra felicidad, a los que, unidos con nosotros por los vínculos de la sangre, la lengua y la religión, han sufrido los mismos males en el anterior orden; siempre que, reconociendo nuestra absoluta independencia de él y de otra dominación extraña, nos ayuden a sostenerla con su vida, su fortuna y su opinión, declarándolos y reconociéndolos (como a todas las demás naciones) en guerra enemigos, y en paz amigos, hermanos y compatriotas. En atención a todas estas sólidas, públicas e incontestables razones de política, que tanto persuaden la necesidad de recobrar la dignidad natural, que el orden de los sucesos nos han restituido, en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llenan los fines para que fueron instituidos los gobiernos, creemos que no podemos ni debemos conservar los lazos que nos ligaban al gobierno de España, y que, como todos los pueblos del mundo, estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra, y tomar entre las potencias de la tierra, el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos asignan y a que nos llama la sucesión de los acontecimientos humanos y nuestro propio bien y utilidad.”
Sigamos pues sangrando, sudando y llorando por esta patria que tanto lo merece y que sean mil años más de lucha, que sean mil años más de revolución verdadera.
“Nosotros, pues, a nombre y con la voluntad y la autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela, declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son, y deben ser desde hoy, de hecho y de derecho, Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España o de los que se dicen o dijeren sus apoderados o representantes, y que como tal Estado libre e independiente tiene un pleno poder para darse la forma de gobierno que sea conforme a la voluntad general de sus pueblos, declarar la guerra, hacer la paz, formar alianzas, arreglar tratados de comercio, límites y navegación, hacer y ejecutar todos los demás actos que hacen y ejecutan las naciones libres e independientes. Y para hacer válida, firme y subsistente unas provincias a otras, nuestras vidas, nuestras fortunas y el sagrado de nuestro honor nacional. Dada en el Palacio Federal y de Caracas, firmada de nuestra mano, sellada con el gran sello provisional de la Confederación, refrendada por el Secretario del Congreso, a cinco días del mes de julio del año de mil ochocientos once, el primero de nuestra independencia.”

No hay comentarios:

EL CONTENIDO DE ESTE BLOG ES AUTORÍA DE LUIS EDUARDO BASTIDAS